ADAM CHERNIAKOV



    
     Ingeniero químico de formación, fue concejal del ayuntamiento de Varsovia entre 1927 y 1934, y en 1931 obtuvo un escaño en el senado polaco. El 4 de octubre de 1939, pocos días después de que Polonia se rindiera ante los invasores alemanes, fue nombrado por éstos primer presidente del Consejo Judío o Judenrat de la capital polaca. Éste estaba formado por veinticuatro miembros y era el encargado de la administración del gueto, la zona de la ciudad en la que fueron confinados los judíos, así como del cumplimiento de los planes germanos respecto a la población judía.

     Tanto él como sus compañeros de la nueva institución creada por los alemanes para hacer cumplir sus órdenes tienen la difícil función de tratar de postergar en el tiempo la entrada en vigor de dichas ordenanzas. Aún así, siempre han de soportar las duras críticas de sus conciudadanos, quienes no entienden que el Judenrat no puede seguir los pasos de la Kehilá, antigua institución creada por los judíos para procurar el bien de su comunidad.

     Cherniakov, así, se encuentra siempre entre dos fuegos: por un lado debe hacer cumplir las órdenes alemanas; por otro, se ve en la obligación de entorpecerles en aquello que le es posible para bien de sus hermanos judíos. La incomprensión de éstos, ante cuyos ojos aparece como un vendido a los germanos, le situará en multitud de aprietos durante los años de la ocupación. 

     Siempre se muestra abierto al diálogo tanto con sus hermanos como con las autoridades alemanas, lo que le granjeará enormes enemistades entre los propios judíos. No en vano, él es consciente de que éstos le odian tanto o más que a los invasores. Poco a poco va dándose cuenta de que la vía negociadora no sirve de nada con Heinz Auerswald, comisario alemán en Varsovia.